Hace ahora 10 años, 10 temporadas, el ahora Santiago Futsal, entonces Autos Lobelle de Santiago, comenzaba su andadura en la División de Honor. Entonces, era un niño, cómo lo son tantos y tantos seguidores del equipo hoy en día, y me acerqué por un amigo (mi querido Nano Ponte) a ese equipo recién ascendido, a ese deporte escondido que es el Fútbol Sala. Aquel Lobelle tenía un aire alocado, una ilusión que veías en la prensa, en una ciudad huérfana del deporte de élite. El fichaje de Alemao resultó ser el detonante. "Una estrella", "cedido por un año", "tiene magia en las botas", era lo que mi amigo me comentaba. Y así fue, ver los partidos, los sábados, en el pabellón de Santa Isabel. Una actividad convertida en sueño, y en diversión, en una pequeña peña de dos aficionados apasionados a pie de pista, buscando todos los balones que se iban fuera del campo, para pasarlos.
(Pido disculpas por el uso del nombre Lobelle o Autos Lobelle a lo largo de la entrada, aunque es únicamente referido a esos momentos en que el club tenía esa denominación, la cual terminó este año)
Equipo de 2003/04, con el Gran Capitán Manu y Alemao cómo bandera (El Correo Gallego) |
Pasaron dos años, y el equipo jugaba en el Fontes do Sar, y para un adolescente sólo, era más complicado acercarse. Y la prensa se convirtió en la forma de cercanía con el equipo, en seguirlo cómo se podía, y cuando se podía. El fichaje de grandes jugadores, de grandes nombres, de un equipo técnico de lujo con Venancio (que hombre tan amable y cercano, sabio dónde los haya) hacían de aquel equipo un auténtico mito para los aficionados. Casi podría aún decir todos los nombres de los jugadores que estaban en el equipo en la victoria en la Copa de España, el primer gran título del club.
Campeones de Copa 2006 (El Correo Gallego) |
Y, cómo el diario Marca tituló en esa ocasión, en portada, "El Lobelle ya es un grande". Y para mi lo era. Aún no he podido ver la tanda de penalties dónde el título se decidió, de la emoción de un partido absolutamente épico.
Y es que los años siguientes se prometían absolutamente prodigiosos. Mejores y mejores fichajes, mantener a las estrellas año tras año, una auténtica potencia, casi para competir con los mejores. Victoria en la Recopa de Europa, en el ínterín, pero... algo estaba cambiando, y al mirar hacia atrás me doy cuenta. El Lobelle se estaba transformando en un equipo de Cantera. Asentado entre los mejores, se convirtió en un equipo que quería hacer que el futsal se quedase y arraigase en Santiago. Venancio comenzó, tanto como entrenador cómo cual director deportivo, a preparar al club para su conversión en una máquina de fabricar talentos, y de jugar cómo un colectivo y no sólo la suma de estrellas.
Campeones de la Recopa de Europa. (Página oficial del Club) |
Campeones de la Supercopa (ABC.es) |
Y al final la crisis hizo mella... relativa. Porque el Lobelle estaba preparado. La crisis económica que tiene el país entero no ha afectado al programa (a Dios gracias) de trabajo del club, al menos de forma ostensible. El estilo de juego, de personalidad y de filosofía de club ha dado un paso adelante, y los jugadores de cantera, de la misma manera. El Lobelle se convirtió en un equipo que siempre perdía jugadores y siempre volvía a hacer lo de siempre, ganar y llegar a finales, cómo otra de la Copa del Rey, o las magníficas actuaciones en Liga.
Y finalmente, hoy. Cuando el Lobelle se transforma en el Santiago Futsal, un equipo que está, más que nunca, lleno de héroes. No están aquellos héroes de antes, inalcanzables, diferentes, cómo aquel Alemao que llegó. El Santiago Futsal tiene a los héroes cotidianos que son Santi Valladares y sus chicos, su pelea y lo que hacen vibrar al pabellón. Es que este equipo tiene algo diferente. Es más nuestro que nunca, cómo aquel primer año mágico. Pero en este, nuestra estrella no es uno sólo, es un todos a una.
El equipo de la 2012/13 |
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